Lucrina Fetti, una pittrice romana alla corte di Mantova

Gracias a un acuerdo entre la Sovrintendenza Capitolina - Direzione Musei Civici, la Fondazione Palazzo Te y el Museo di Palazzo Ducale di Mantova, llega por primera vez a Roma el cuadro "Retrato de Eleonora Gonzaga" (1622), único retrato firmado y fechado de Lucrina Fetti. La obra, propiedad de la Accademia Nazionale Virgiliana, está expuesta en la Pinacoteca dei Musei Capitolini, en la sala VI dedicada a la pintura boloñesa y del norte de Italia, y es uno de los lienzos más interesantes de la artista también por la contribución que aporta a la reconstrucción de la presencia de mujeres artistas en Roma entre los siglos XVI y XIX.

La exposición se inaugura el jueves 8 de junio, a las 18.00 horas, con una visita guiada a cargo de la Directora del Departamento de Museos Cívicos de la Superintendencia Capitolina, Ilaria Miarelli Mariani.

Nacida en Roma con el nombre de Giustina hacia 1589, Lucrina Fetti aprendió a pintar en familia con su hermano más conocido, Domenico.

Como otras artistas femeninas de su época, estaba destinada a la vida monástica y su producción artística, retratos y escenas religiosas, transcurrió casi íntegramente en el convento de Sant'Orsola de Mantua, adonde se trasladó en 1614 siguiendo a Domenico, que había sido llamado por Ferdinando Gonzaga como pintor de corte. Este convento representaba en la época una de las cortes femeninas más refinadas de Europa. Fundado en 1599 por Margherita Gonzaga, hermana de Ferdinando IV y viuda de Alfonso d'Este, se convirtió en lugar de educación y encuentro cultural para las jóvenes princesas y nobles Gonzaga. Margherita, amante del arte, lo hizo decorar con frescos y pinturas y Lucrina se convirtió en la principal artista de lo que se consideraba la "corte" paralela del poder de los Gonzaga.

La obra expuesta retrata a Eleonora Gonzaga, la hija menor del duque Vincenzo y Eleonora de Médicis, criada en el convento de las Ursulinas por su tía Margarita hasta su matrimonio con el emperador Fernando de Habsburgo en 1622. Este importante retrato, pintado con ocasión de la boda de la joven, la representa con ropajes majestuosos, acordes con el papel que iba a desempeñar en la corte de Viena. Eleonora lleva un suntuoso vestido de brocado tejido con hilos de oro y adornado con encajes, hábilmente confeccionado por el artista. A la izquierda del corsé hay un colgante con el monograma de los Habsburgo, mientras que sobre la mesa se encuentra la corona imperial y una carta en la que se lee "a la Sagrada Majestad de la Emperatriz Gonzaga".

Aunque sea de forma temporal, el cuadro aumenta la presencia de mujeres artistas en el recorrido de la Pinacoteca, representada por otras dos pintoras, la genovesa Maria Luisa Raggi, activa a finales del siglo XVIII y principios del XX, y la romana Maria Felice Tibaldi Subleyras, esposa del más conocido Pierre.