Sala de los Emperadores
Alineados en ménsulas de mármol a lo largo de las paredes se suceden los bustos de emperadores y emperatrices, así como de personajes influyentes de la edad imperial, no siempre de fácil atribución.
La colección documenta el desarrollo de la retratística romana del periodo hasta el tardo-antiguo.
La organización de la sala remonta a la primera ordenación del Museo: aquí se expusieron los retratos de los emperadores romanos y de los personajes de las familias imperiales, recogidos en su mayoría por el cardenal Alessandro Albani.
La riquísima serie de retratos imperiales representaba una de las características más preciosas de la colección Albani, adquirida en 1733 para los Museos Capititolinos por el papa Clemente XII como núcleo fundador del nuevo museo, inaugurado en el año siguiente.
Los retratos se exponen en orden cronológico, en una doble fila de ménsulas. A partir de Augusto hasta alcanzar los retratos de la tarda antigüedad, los 67 retratos conservados en la sala permiten seguir el desarrollo de las diferentes corrientes estilísticas relacionadas con la retratística oficial.
De la composición clásica de los retratos de Augusto y de su esposa Livia (representada como Cerere), adoptada también por los miembros de la familia julio-claudia como Germánico, Agripina la Mayor y Nerón, se pasa a los trazos más realistas e individuales de los retratos de Vespasiano y Tito, emperadores flavios, y de Trajano. A este periodo remonta también el retrato de la “ Dama Flavia” (“Busto Fonseca”), extraordinaria obra maestra de la escultura antigua, tanto por la fuerza expresiva como por la pericia técnica.
Con Adriano, primer emperador que adoptó la barba, los retratos se inspiran a modelos griegos, como también con Antonino Pío, que se inspira abiertamente a imágenes de filósofos.
Estos géneros impregnados por acentos de mayor realismo, caracterizan toda la retratística del Siglo II d. C., por Marco Aurelio en Septimio Severo; en cambio con Caracalla se privilegia el aspecto heroico relacionado con el ejercicio del poder.
Para los emperadores del Siglo III d. C. (Maximino el Tracio, Pupieno, Trajano Decio, Gordiano III), el periodo de la crisis del imperio, se evidencian las dotes militares y el carácter de emperadores -soldados; entre estos, Galieno en cambio vuelve a privilegiar la tradición clásica.
En el centro de la sala se encuentra la estatua sentada de Elena, madre de Constantino, representada según un modelo clásico creado por Fidia por una imagen de Afrodita.
En las paredes están engarzados importantes relieves, entre los cuales sobresalen el del mito de Perseo que libera Andrómeda y el de Endimión dormido, de época adriánea.