Sala de los Filósofos
La disposición de la colección de filósofos y literarios griegos y romanos, tan apreciados por los romanos para decorar edificios públicos y privados, repite la de la Sala de los Emperadores.
Muchos de los retratos identificados son puramente reconstructivos y fueron ejecutados en épocas posteriores a la de los personajes representados.
En la sala se recogen los bustos de poetas, filósofos y oradores de la antigüedad griega, cuyas imágenes, en edad romana y después en el Renacimiento, decoraban bibliotecas públicas y privadas, viviendas, villas y parques de los acomodados y sensibles cultores de las artes y de la filosofía.
Muchos de los retratos existentes son “de reconstrucción”, fueron creados decenios después de la muerte del personaje representado y remontan, salvo raras excepciones, a esquemas fijos: se pueden reconocer el tipo del estratega, del filósofo, del poeta, del comediógrafo elaborados como exaltación de los valores intelectuales y espirituales de las famosas personalidades; a partir de la edad helénica, en cambio, los retratos tienden a reproducir con una cierta fidelidad las diversas fisionomías.
Sobre todo se observen:
- los numerosos retratos de Homero, en los cuales se evidencian la legendaria ceguedad del poeta;
- las representaciones de Sócrates, según el modelo creado por Lisipo cincuenta años después de la muerte del filósofo considerando la descripción que hizo el discípulo Platón;
- la herma bifronte con los retratos de Epicuro y Metrodoro, maestro y alumno.
Entre los varios retratos de intelectuales griegos se encuentran también la espléndida efigie de Cicerón, obra de edad tardo-republicana que evidencia los elementos fisonómicos del personaje pero celebra también, con gran fuerza expresiva, las virtudes del hombre político.
La estatua sentada en el centro de la sala, a la cual se sobrepuso una cabeza que no es suya, recalca los modelos de las estatuas -retrato del Siglo IV a. C.
En las paredes se puede observar el fragmento de sarcófago con el transporte del cuerpo de Meleagro, fuente de inspiración para Rafael en la creación de la “Deposición” conservada en la Galería Borghese.