Sala del Frontón
La recomposición del frontón de terracota de via di San Gregorio, presentado en la exhibición de 2002, ha hallado ubicación definitiva en este recorrido museístico.
En el altorrelieve del tímpano se representa una escena de sacrificio a la presencia de tres divinidades, Marte y dos diosas, ofrecido por un togado cuyos tres esclavos, con el torso desnudo, conducen desde sendos extremos del frontón a seis animales formando dos filas.
Se ha conservado parte del saliente del tejado ((sima frontón) en cuyo punto máximo se observa un pequeño relieve con el mito de Heracles y un monstruo marino (Esión).
La exposición propone una reconstrucción de la decoración de terracota policroma del frontón de un templo romano de la mitad del Siglo II a. C., hallado a fines del Ottocento en Via di San Gregorio, entre Palatino y Celio, durante los trabajos para la puesta en obra de un gran alcantarillado; las terracotas aparecieron en la parte central de la calle, por debajo de una capa de detritos del incendio neroniano del año 64 d.C.
Las nuevas integraciones acentúan la excepcionalidad de este complejo, que constituye el ejemplo más completo de frontal cerrado de terracota de época tardo-republicana de un templo de Roma antigua.
El altorrelieve frontal presenta una escena de sacrificio a Marte y a dos divinidades femeninas, realizadas por un celebrante con toga al cual siervos con el torso desnudo le llevan seis animales dispuestos en dos filas.
El sacrificio está representado en el momento siguiente a la fase inicial ( praefatio) cuando se vierte en el altar vino e incienso, inmediatamente antes de la consagración a los dioses de los animales ( immolatio), llevados hacia el celebrante para ser esparcidos con una mezcla especial de barro y sal ( mola salsa), mojados con vino en el hocico y marcados simbólicamente con un cuchillo de la cabeza a la cola. La matanza se llevará a cabo inmediatamente después, seguida por la oferta en el altar de las partes destinadas a los dioses.
Un relieve pequeño con representación del mito de Heracles luchando contra un monstruo marino para la liberación de Hesíone, hija del rey de Troya Laomedonte y hermana de Priamo, ocupaba la cumbre del techo y estaba aplicado en las lastras centrales de la cornisa estriada, vivamente pintada, que rebordeaba los faldones.