Tabularium
El Tabularium, un imponente edifico del periodo tardo republicano sobre cuyos restos se funda el Palacio Senatorial, en la época romana era donde se custodiaban las tablas de bronce con las leyes y las actas oficiales del estado romano.
La construcción fue terminada por el cónsul Quinto Lutacio Cátulo, en 78 a.C., tras una reestructuración del Capitolio, que en 83 a.C. había resultado dañado por un violento incendio. Se hallaron testimonios de esta intervención en una inscripción que se ha perdido, pero que aún resultaba visible en el siglo XV, que transmitió el nombre del antiguo edificio ( Tabularium). Parecida a esta, pero más fragmentada, es la inscripción del exterior del monumento, labrada sobre bloques toba, visible desde via san Pietro in Carcere.
Sobre un alto basamento recostado sobre el declive de la colina con respecto al nivel del Foro, se encontraba el edificio articulado sobre varias plantas y que daba sobre la plaza posterior, que ocupaba el valle entre las dos alturas del Capitolio.
Se respetó religiosamente el templo preexistente de Veiove, cuya área correspondía exactamente al ángulo occidental del Tabularium a través de una concavidad cuadrangular de la planta.
Al estrecho pasillo de la primera planta, iluminado gracias a agujeros rectangulares trabajados en la superficie compacta del basamento, se sobrepone una galería cubierta de bóvedas con hileras de arcos encuadrados por elementos arquitectónicos, hoy en día bien conservada.
Se baraja la hipótesis de que existiera un nivel superior donde se ubicaban los archivos públicos.
Una escalera muy inclinada del interior de la planta baja, cuya entrada se cerró más tarde porque fue cubierta por el podio del templo de Vespasiano y Tito, unía la planta del Foro con el templo de Veiove. Existía una segunda rampa que conducía al nivel superior del Tabularium.
En la Edad Media se edificó una fortaleza sobre los restos del Tabularium, transformada más tarde en Palacio Senatorial, y desde entonces el palacio se utilizó para funciones inherentes a la administración de la ciudad.
Algunas de salas se utilizaron entre los siglos XIV y XVII para almacenar y vender sal; otras fueron usadas como calabozos hasta la segunda mitad del siglo pasado.