Restauración del Busto de Medusa de Gian Lorenzo Bernini
En el marco del proyecto “FIT para el Arte y la Cultura” , la Federazione Italiana Tabaccai & Logista Italia ha financiado la restauración del Busto de Medusa de Gian Lorenzo Bernini y de su base del siglo XVIII.
La escultura, regalo del Marqués Francesco Bichi, se cita por primera vez en los Inventarios del Palacio de los Conservadores en 1734 en la Sala de las Ocas, ubicación original que ha mantenido hasta nuestros días.
La restauración conservadora, dirigida por Elena Bianca Di Gioia, ha sido diseñada y realizada por los restauradores Tuccio Sante Guido y Giuseppe Mantella.
Las investigaciones multiespectrales fueron realizadas por Maurizio Fabretti, las espectrofotométricas fueron realizadas por Costanza Miliani; la técnica escultórica fue investigada por Peter Rockwell; las elaboraciones gráficas fueron realizadas por Monica Cola, mientras que la documentación fotográfica fue realizada por Andrea Jemolo.
La intervención constaba de las siguientes fases:
- Investigaciones cognoscitivas no destructivas: encuestas multiespectrales (infrarrojos y ultravioletas), encuestas espectrofotométricas, documentación y restitución gráfica con instrumentación óptica; documentación fotográfica.
- Estudio de las técnicas de ejecución de la escultura con detección de los signos dejados por los diferentes instrumentos utilizados. Estudio e identificación de la técnica de acabado de superficies a la luz de las metodologías más actualizadas aplicadas a la restauración de esculturas de Gian Lorenzo Bernini.
- Restauración de superficies, precedida de pruebas de limpieza gradual con ayuda de la aplicación localizada de las encuestas multiespectrales.
Las principales novedades surgidas se refieren a la detección precisa del estado de conservación de la escultura y de su técnica de elaboración.
Los datos recogidos ofrecieron temas de reflexión sobre ciertos aspectos de la génesis y la historia de conservación de la obra.
Las investigaciones multiespectrales no destructivas, destinadas a la detección de las diferentes capas de patinado presentes en la superficie de la escultura, han sido necesarias para graduar la intervención de limpieza y reducir al mínimo los riesgos de eliminación del acabado original.
Los trabajos, de una duración de cuatro meses, fueron concebidos como obra abierta y permitieron a los visitantes observar directamente el avance de las intervenciones conservadoras.
Para más información, consulte www.tabaccai.it y www.logista.it
Busto de Medusa - Gian Lorenzo Bernini (Nápoles 1598-Roma 1680)
cuarto – quinto decenio del siglo XVII
mármol de Carrara
medidas: 50 x 41 x 38 cm aproximadamente
pedestal de carrete de mármol negro: h. cm 18, diam. cm 20.
Base del siglo XVIII revestida de mármol de colores: desde abajo: bímero antiguo, mármol africano, imectio amarillo antiguo, verde antiguo, rojo de Caria, verde Alpes en el flanco izquierdo grabado en mármol: escudo del Senado y Pueblo Romano en el flanco derecho: escudo Bichi
en el anverso de la inscripción grabada en letras capitales:
"MEDUSAE IMAGO IN CLYPEIS/ ROMANORUM AD HOSTIUM / TERROREM OLIM INCISA/ NUNC CELEBERRIMI/ STATUARIJ GLORIA SPLENDET/ IN CAPITOLIO/ MUNUS MARCH:/ FRANCISCI BICHI CONS:/ MENSE MARTIJ/ ANNO D./ MDCCXXXI."
“La cabeza de Medusa, en antiguo ornamento de los escudos de los romanos para aterrorizar a los enemigos, hoy, gloria de un célebre escultor, resplandece en el Capitolio regalo del marqués Francesco Bichi, Conservador en el mes de marzo del año del Señor 1731".
Procedencia: regalo del marqués Francesco Bichi, conservador del primer trimestre del año 1731. El Busto de Medusa y la base están documentados desde 1734 en la Sala de las Ocas; inventario S/1166.
En las Metamorfosis, Ovidio narra que Medusa, la más bella y mortal de las Gorgonas, tenía el poder de petrificar a cualquiera que se atreviera a cruzar su mirada.
Sorprendida en el sueño, Perseo logró cortarle la cabeza mirando la imagen reflejada en el escudo de bronce que recibió de Minerva.
El héroe, después de haber liberado a Andrómeda y derrotado a Fineo gracias al intacto poder petrificador de la cabeza de Medusa, lo entregó a Minervaque la colocó como adorno de su auspicio y luego de su escudo, como terrible arma para derrotar a los enemigos de la razón y sabiduría, Virtudes que ella encarna.
De aquí el uso antiquísimo, retomado en el Renacimiento, de adornar los escudos de batalla y de desfile con la Cabeza de Medusa como arma para aterrorizar a los enemigos, pero también símbolo de la virtud y sabiduría de quien sostiene el escudo.
Bernini, descartando la representación de la cabeza truncada de Medusa propuesta por la escultura clásica, renacentista y manierista, magistralmente retomada en la última década del siglo XVI en Roma por Caravaggio, en el escudo de desfile pintado por el cardenal Del Monte, luego donado al Gran Duque Ferdinando de' Medici y por Annibale Carracci, en los frescos pintados entre 1598 y 1601 en la Galería del Palacio Farnese, esculpe un verdadero busto-retrato de Medusa, vivo, parada en el momento transitorio de una singular "metamorfosis".
El mito narrado por Ovidio, donde los hermosos cabellos rubios de Medusa son transformados por Minerva en horribles serpientes como castigo por haber consumido un amplio con Neptuno en el templo de las deidades femeninas de Fe y Verdad, es completamente original a la luz de algunos versos poéticos de Giovan Battista Marino.
En un conocido madrigal tomado de La Galeria (1620, I,272), el poeta finge que es una estatua admirable de Medusa para hablar: "(...) No sé si me esculpió zapatilla mortal, / o espejado a mí misma en vidrio claro / mi propia vista me hizo tal.
El mito clásico es invertido para exaltar la virtud del desconocido escultor: no es la Gorgona la que ahorca con la mirada a sus enemigos, sino es Medusa misma que, captando por fatal error su imagen en un espejo, parece haberse transformado en mármol.
Considerada por la crítica una de las obras más problemáticas de Gian Lorenzo Bernini, fue probablemente realizada en los primeros años de pontificado del papa Inocencio X Pamphilj, entre 1644 y 1648, cuando el artista fue alejado de la corte pontificia como criatura de los Barberini y su fama fue temporalmente oscurecida por el golpe profesional sufrido por la demolición del Campanario de la Basílica de San Pedro (1646).
El Busto de Medusa parece formar parte del grupo de aquellas esculturas realizadas "para su estudio y gusto" (como será la Verdad de 1646 que permanece en su estudio y está atada por testamento para siempre a su familia) fruto de una meditación personal del artista sobre las finalidades de la escultura y sobre las virtudes del escultor (Lavin, 1998).
En esta obra que no tiene precedentes iconográficos e iconológicos en su originalísima interpretación del mito, el escultor retoma el tema de la comparación entre escultura y poesía ya desarrollada en los grupos juveniles para el cardenal Scipione Borghese. Pero después de Virgilio y Ovidio es la poesía del Marino que le da la oportunidad de "autentificar con hechos su valor" y derrotar a enemigos y detractores en uno de los momentos más críticos de su carrera.
Medusa, con el rostro de una belleza clásica y de líneas suaves, observa en un espejo imaginario su imagen reflejada y es comprendida en el momento en que toma conciencia de la atroz burla y, materialmente ante nuestros ojos, las suaves carnes trascoloran, las serpientes que se guiñan entre los cabellos se paralizan y su expresión de dolor y angustia se fija para siempre en el mármol.
Otra prueba de la capacidad de Bernini de captar en la escultura el clímax de una acción transitoria y la contradictoria complejidad de un estado de ánimo humano.
Pero el Busto de Medusa, según la voluntad del artista representa una metáfora refinada barroca sobre el poder de la escultura y sobre el valor del escultor.
Como Medusa "demuestra la victoria que tiene la razón de los enemistas contrarios a las virtudes" (Cesare Ripa, Iconología, 1603, 426), la Medusa de Bernini deja literalmente a sus enemigos y detractores, con su arma más afilada: la virtud de su cincel, en estupor".
En un ensayo revisado por Irving Lavin para el volumen en curso de prensa dedicado a la restauración apenas terminada, el estudioso vuelve sobre el tema con inéditas reflexiones y establece una relación más estrecha entre el Busto de Constanza Bonarelli, esculpido entre 1636 y 1638, y el de Medusa, quizás realizado por Bernini como contraprestación moral del primero, ambos ideados de todos modos como personalísima reflexión del artista y ambos sucesivamente donados o cedidos a otros por el autor.
Según esta nueva hipótesis de lectura de la obra, la datación del Busto de Medusa podría adelantarse ligeramente al final de los años treinta del siglo XVII.
Al final de la restauración se publicó el volumen: "El Busto de Medusa de Gian Lorenzo Bernini. Estudios y restauraciones", por E. B. Di Gioia, Roma 2007, Campisano Editore.