Estatua colosal de Constantino: mano derecha
El dedo índice levantado hacia el cielo, que ha convertido esta obra en icónica a lo largo de los siglos, es una integración moderna de un fragmento antiguo. En su formulación original, la mano sostenía probablemente el asta de un cetro y, a pesar de su considerable peso, se elevaba unos 10 m por encima del suelo. Del brazo derecho se conserva también la porción central con el bíceps en tensión y las venas salientes.
Los fragmentos pertenecían al Coloso de Constantino, una estatua sedente del emperador realizada con la técnica acrolítica, es decir, con la cabeza y las partes desnudas del cuerpo de mármol de Pariana y el manto, que envolvía parte del torso y las piernas, de lámina de bronce dorada. El emperador, sentado solemnemente en un trono, se asemejaba a un dios en la tierra. En particular, era evidente la asimilación a Júpiter, el padre de los dioses, representado de forma similar en la estatua del Templo de Júpiter Capitolino.
Obras maestras de la sala
La sala
Los dos pórticos contrapuestos y el amplio espacio abierto albergan notables ejemplos de escultura romana.
A la izquierda se encuentran dispuestos los restos de la decoración de la celda del templo del divo Adriano, con relieves que representan las Provincias del Imperio romano y trofeos de armas.
A lo largo de la pared derecha del patio, en la cual se han tapiado tres arcos de la primitiva estructura del siglo XV del palacio, se suceden fragmentos de una estatua colosal de Constantino procedente de la Basílica de Majencio.