Estatua de Minerva
La divinidad va vestida con un largo peplos, rodeado justo por debajo del pecho por una faja, originalmente de metal. Un manto desciende desde los hombros hasta la espalda, que en la parte delantera adopta la forma de la habitual égida (una piel de cabra) protegida por la cabeza central de la Gorgona y las serpientes. El brazo izquierdo, doblado y extendido desde el cuerpo, sostiene un escudo (quizás fruto de una restauración del siglo XVIII, en lugar del anterior escudo metálico); en la mano derecha debía haber una larga lanza, apoyada en el suelo. En la cabeza lleva un casco alto, también resultado de varias restauraciones para sustituir el tipo habitual, corintio y metálico. La estatua procede de un original ático de finales del siglo V a.C.
Obras maestras de la sala
La sala
Sobre las paredes del pasillo porticado de la planta baja, abierto al patio, se suceden grandes hornacinas con estatuas entre las que destacan las figuras colosales de Minerva y de Marte.